El terrorismo empresarial al que esta llegando la CRTVE no conoce límites, un terrorismo que dinamita todo el proceso y el esfuerzo de negociación incumpliendo lo acordado. Va a resultar muy difícil avanzar con nuevos acuerdos si no tenemos la certeza de que la dirección va a respetar lo que firma, y es imposible tenerla si se salta a la torera acuerdos tan importantes como el que asegura la continuidad de los trabajadores de las contratas.
La semana pasada se tramitaron cartas de despido, a unos, y de una supuesta subrogación, a otros, dirigidas a los trabajadores de BAI y de AUTOS BLANCO, cuyas contratas pasan a la empresa RANDSTAD. Ayer, 5 de mayo, se presentaron a sus puestos de trabajo, pero sus respectivos jefes les dijeron a unos que ya no trabajan aquí y a otros que no saben ni contestan. Nos hemos dirigido a los responsables de equipo de la nueva empresa contratista y nos han confirmado lo peor, que este personal no está incluido en su lista de trabajadores. Y si ya es de por sí una vergüenza este flagrante incumplimiento de lo acordado, han tenido la desfachatez de pasar a la empresa de seguridad las fotos de los trabajadores despedidos para que de ningún modo se les permita el acceso a su puesto de trabajo, como si fuesen delincuentes en busca y captura.
¿Tenemos que estar constantemente recordando a la Corporación RTVE los acuerdos que firma, entre los que se encuentran aquellos en los que se comprometía a la subrogación inmediata de los trabajadores de las contratas? ¿Tenemos que explicarle a tanto ejecutivo con sueldo de lujo que están obligados a respetar los acuerdos y que las actas firmadas son vinculantes? ¿Cómo piensa la dirección avanzar en la negociación cuando no respeta lo firmado y se saltan cada dos por tres el Convenio Colectivo?
Que tengan claro los compañeros despedidos, y para colmo vilipendiados con un pasquín de “busca y captura” en las puertas de nuestros centros, que desde UGT vamos a poner todo nuestro empeño en corregir esta injusta situación. El colectivo de trabajadores de RTVE no puede ni debe permanecer impasible ante esta incalificable agresión, y a quien mire para otro lado que piense que, al ritmo que van estos, mañana le puede tocar a cualquiera. Que no se confíe nadie, porque nadie estará a salvo si dejamos que una de las partes siente el precedente de que se pueden saltar a la torera los acuerdos firmados y el Convenio Colectivo cada vez que le viene en gana.
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