Ya venimos avisando desde hace tiempo del caos que reina en Deportes desde la llegada de Javier Tola y Juanjo Díaz, de los contratos “de lujo” que han traído a la redacción a muchos trabajadores sin la experiencia necesaria en el medio televisivo y/o en deportes, del abusivo trato de favor a todos ellos despreciando a los profesionales quel levan muchos años prestando sus servicios en la redacción deportiva de TVE. En definitiva, de cómo se estaban rodeando de una “guardia pretoriana” para dejar fuera de juego a nuestra gente. Pero, en el colmo de este caos, ahora se despide a Tola argumentando unas razones que son difíciles de entender, tanto por los precedentes de esta situación como por las medidas que se han tomado, cesando a Tola por “haber fallado en los contenidos” mientras se mantiene en su cargo a Juanjo Díaz, Director de Contenidos.
Todo este asunto se ha llevado con la transparencia, eficacia y buen hacer al que ya nos tienen acostumbrados las “nuevas estrellas” de la dirección en Deportes, o sea que peor imposible. Y ello desde un principio, porque la discreción y reserva de esos despachos es tal que ya era conocido su cese en los pasillos de la redacción desde antes de los Juegos de Pekín, en los que ya estaba virtualmente despedido. Por sifuera poco, tanto unos como otros han filtrado a diversos periodistas acusaciones mutuas de “operaciones irregulares” con las cuentas públicas, haciendo gala de su discreción y de la reserva debida a sus cargos de responsabilidad, tan eficaz como cualquier otro aspecto de su gestión. Sólo por ello ya cabría preguntarse por las verdaderas razones de este despido, que seguro nos ha salido carísimo,pero es que resulta tan absurda su actuación ante este “fallo en los contenidos” que está más que claro que o mienten u ocultan la naturaleza real de sus motivos. Porque ¿cómo se puede entender que el Director de Contenidos siga en su puesto como si fuese ajeno a errores de contenidos tan graves como para motivar el cese de su superior?
Y ante esta medida argumentada de forma tan inverosímil y que deja una situación en la redacción que bien podríamos calificar de kafkiana, no se les ocurre más que convocar una reunión el viernes 12 de septiembre, a las cinco y cuarto de la tarde, con apenas un cuarto de la redacción presente, entre los que no se encontraban ni el Director de Contenidos, Juanjo Díaz, ni el Jefe de Redacción, Xavi Díaz, por estar ambos de vacaciones, como debe ser dadas las circunstancias y los puestos que ocupan. Y en cuanto al destituido Javier Tola, ni siquiera espero la llegada del nuevo Jefe de Deportes para hacer la habitual y protocolaria entrega del mando, en cuanto conoció la decisión recogió los papeles de su despacho y anunció su despido, marchándose lo más deprisa que pudo. Un nuevo ejemplo del inconfundible estilo y buen hacer del equipo directivo de Deportes.
No parece esta una política demasiado transparente ni acorde con los nuevos tiempos de cambio, austeridad y democracia empresarial que pregonan los directivos de RTVE. Incluso, desde una visión simplista, si los Juegos han sido un éxito de audiencia y por tanto de contenido, ¿dónde están las discrepancias y cuáles son esos desajustes a los que aluden una y otra parte? Sólo ellos los saben y no se atreven a hacerlos públicos, no basta una reunión improvisada alegando fallos de contenidos, convocada además en un día y a una hora que garantizaban la escasa asistencia que tuvo. Hacer esto es menospreciar la inteligencia de los trabajadores de TVE, que ya han pasado por muchas crisis y tienen el olfato agudo y fino para este tipo de cambios. Y tan absurda y difícil de digerir como la explicación del Jefe de Deportes, Javier Tola, es la situación que dejan al conjunto de la redacción y a Julián Reyes, el nuevo Jefe de Deportes que viene en sustitución de Tola.
¿Cuál es legado que Julián Reyes recoge de Tola y cuáles serán las decisiones a las que deba enfrentarse? Reyes deberá ratificar o destituir a Juanjo Díaz, ya que la primera destitución debería haber sido la del Director de Contenidos, dados los argumentos esgrimidos para la destitución de Tola. Si Pons despide a Tola y no se atreve con Juanjo Díaz, es que debe haber profundas “raíces” que atan a Díaz al despacho, que atenazan y confunden a un director de TVE hasta el punto de despedir al gestor económico por los malos contenidos y, sin embargo, mantener al responsable directo de los contenidos, como si con él no fuera el asunto. Lo normal es que Juanjo Díaz por honradez profesional dimitiera ya, evitando así que Julián Reyes tenga que decidir entre despedirle (otra liquidación millonaria) o intentar explicar lo inexplicable.
Y la segunda gran decisión. ¿Qué hacer con la guardia pretoriana de Tola y Juanjo Díaz? Tola firmó y pasó a situación de indefinidos con sueldos y pluses millonarios a un grupo de periodistas que, pese a su falta de experiencia, ocupan puestos de presentadores o editores en los programas de deportes. Y ello con el consentimiento de los directivos, a pesar de saltarse con esta actuación todas las normas recogidas en el Convenio Colectivo y en las directrices de la Corporación. Si la crisis es económica y de contenidos, Julián Reyes deberá decidir qué hacer con tanto sueldo millonario y con los editores nombrados por Tola y Juanjo Díaz.
Y otra gran decisión ¿qué hacer con el programa estrella? No parece que las decisiones de Juanjo y Xavi Díaz hayan sido muy acertadas en Club de Fútbol. ¿Cuánto se pagó a Josep Pedrerol y Hugo Gatti y qué ofrecieron a cambio? ¿Cuánto se gastó en unilaterales y viajes de enviados especiales a Inglaterra y cómo repercutió en la audiencia? ¿Dónde quedó ese programa de Champions del que hablaba Tola? ¿Dónde el “programa amable” que presentó Juanjo Díaz? Lo único que se hizo fue gastar dinero para acabar bajando la calidad y, por tanto, las audiencias, y en el colmo del descrédito que los jugadores del Real Madrid vetaran al programa por los desafortunados comentarios de Gatti y Pedrerol. Paupérrimo balance para que Juanjo y Xavi Díaz sigan en sus puestos como si la marcha de Tola no fuese con ellos. A Julián Reyes no le debería pasar inadvertida esta situación más que irregular.
Ni se acierta en los contenidos ni se ahorra, en Deportes se está fracasando de un modo estrepitoso. Ante un cambio de dirección como el sucedido deben pedirse explicaciones reales y creíbles. ¡Qué el éxito de 16 días en Pekín no engañe a nadie, ni sirva como cortina de humo! Lo que cuenta es el día a día, y por desgracia la realidades que en Deportes empeora la situación cada día que pasa.
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